Soñando con tus piernas
Hay recuerdos, imagenes que se quedan grabados a fuego en la retina y en el alma.
Recuerdos que duelen durante un tiempo, pero que con el paso de los dias, cuando el amor se apaga y se convierte solo en cariño, en nostalgia de momentos compartidos, gusta revivir, y agradecer a la persona que te regaló ese momento, a pesar del daño que haya podido hacerte despues.
Tal dia como hoy, hace un año.
Era una tarde lluviosa, de esas que me encantan, y que disparan mi creatividad al máximo.
Aun asi, esa tarde estaba triste, quiza porque en mi interior, intuía la traición, aun sin saberlo.
Estaba en tu restaurante, como cada martes, disfrazando mis ganas de estar contigo, de reunion de trabajo.
Esperaba, como cada martes, llevarte a casa, como solia hacer siempre que te visitaba, y quizá, como venia siendo habitual las ultimas veces, ese beso en los labios de despedida., que me transportaba al paraiso.
No se cual fue tu excusa, no la recuerdo, pero me dijiste que esa noche, no podia acompañarte a casa, creo que algo relacionado con tu abogado, o algo asi.
Imagino que ya habias concertado una de tus primeras citas con tu nuevo amante, pero el resultado fue que mi tristeza, aún se hizo mayor, a pesar de que no sabia la verdad, y te creí la tonta excusa, pero deseaba tanto besarte aquella noche bajo la lluvia…
Tu, desde la barra de tu restaurante, no dejabas de mirarme, mientras me preparabas uno de aquellos cafes, que al hacerlos tu, sabian a gloria, y nuestros ojos se cruzaron.
Y notando mi tristeza, agachaste la mirada, quiza avergonzada porque tu si sabias cual era el verdadero motivo por el que esa noche no nos besariamos.
Yo no dejaba de mirarte, siempre me ocurre lo mismo cuando te veo, no puedo apartar mis ojos de ti, eres como un iman.
Creo que conozco cada curva, cada pliegue de tu cuerpo, incluso mejor que tu…
Y me volviste a mirar, esta vez, una mirada de complicidad, como para regalarme un poquito de alegria, y sin dejar de sonreirme, mirandome fijamente a los ojos, levantaste tu falda hasta la cadera, de perfil, mientras elevabas la pierna izquierda, mostrandome la tersura de tu piel, y la redondez de tus muslos, él elástico de tus braguitas, fue como un flash, ese flash que grabó esa imagen en mi cerebro para siempre, aunque con el tiempo, esa foto mental, ya ha perdido el color, y es en blanco y negro, pero ahi sigue estando…
Nunca sabras lo que llegué a sentir en ese momento, la mezcla de deseo, y admiracion, el monton de ilusiones… y fui feliz, no te imaginas cuanto.
Estoy seguro, que unas horas mas tarde, en brazos de tu nuevo amante, ni siquiera recordarias ese momento, dudo que ahora, un año después puedas recordarlo, pero te aseguro que esa noche, de regreso a casa, me sentia el mas feliz de los mortales, y que dormi sintiendome un privilegiado, porque una diosa, me habia escogido.
A pesar de que en esos momentos, tu estabas haciendo el amor con el…
Categories: Autoayuda
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